Hund liegt auf Büroboden

Si la causa de los problemas cutáneos fuera una alergia, la terapia deberá ser específica para el alérgeno desencadenante. En caso de alergia a la saliva de las pulgas, se debe utilizar un ectoparasiticida para evitar la reinfestación. En caso de alergia a los piensos, debe averiguarse exactamente qué alimentos no se toleran y evitarlos sistemáticamente en la dieta. En el caso de los alérgenos ambientales, deben adoptarse medidas para minimizar el contacto. Si no se puede evitar por completo el contacto con el alérgeno, suele requerirse un tratamiento a largo plazo o incluso de por vida. Un objetivo terapéutico importante es romper el ciclo de picor y nueva inflamación. Por lo tanto, se utilizan a menudo medicamentos como la cortisona o los antihistamínicos, que alivian con seguridad el picor y tienen un efecto antiinflamatorio. Sin embargo, el tratamiento con cortisona a largo plazo se debe sopesar detenidamente, ya que puede asociarse a efectos secundarios, a veces entre desagradables y graves.

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¿Qué papel desempeñan las alergias alimentarias?

Las alergias a los piensos pueden acompañarse de trastornos digestivos. Sin embargo, también pueden aparecer diversos síntomas que afectan la piel, como enrojecimiento, picor e inflamación. En el curso posterior, puede decolorarse o incluso perderse el pelaje. Algunos perros presentan otitis recurrentes, como único síntoma de una alergia alimentaria, una relación que no suele ser evidente para los dueños.

Esto significa: No siempre es fácil diagnosticar correctamente una alergia a los piensos. Si se desea detectar la enfermedad con certeza, se requiere primero una dieta de eliminación. Para ello, hay que dar al perro una ración de comida compuesta por una fuente de proteínas y otra de hidratos de carbono con las que lo ideal sería que el animal nunca hubiera estado en contacto. Así se busca la certeza de que el perro no pueda haber desarrollado todavía una alergia a estos alimentos. La dieta de exclusión se debe administrar durante un período de al menos ocho semanas. Si los síntomas mejoran claramente o si desaparecen por completo, se pueden ir añadiendo gradualmente los componentes de la dieta anterior. Si al añadir los ingredientes del pienso anteriores reaparecen los síntomas, probablemente se trate de una alergia al pienso. En cambio, un análisis de sangre no puede detectar una alergia a los piensos. Un resultado positivo no indica una alergia al alimento; solo significa que el perro ha tenido un contacto previo con el alimento. Sin embargo, un resultado negativo en el análisis de sangre puede ayudar a localizar alimentos adecuados para una dieta de exclusión, ya que el perro aún no ha tenido contacto con estos alimentos.