Es una enfermedad degenerativa de los cuerpos vertebrales y de los discos intervertebrales, que provoca rigidez y osificación en la columna vertebral del perro. Las alteraciones en los componentes elásticos de la columna vertebral provocan inestabilidad en la región vertebral. El organismo intenta compensar esta inestabilidad, lo que puede conllevar una remodelación ósea de la columna vertebral. La rigidez y la osificación resultantes de la columna vertebral son en realidad medidas de reparación del organismo para mantener la estabilidad del esqueleto. Se pueden producir incluso puentes óseos completos entre cada una de las vértebras, de modo que queden completamente fusionadas a nivel óseo. El esqueleto puede tener que adoptar curvaturas y posturas poco naturales.
Causas de la espondilosis
Las razas grandes y pesadas, como los molosos y los bóxeres, son especialmente propensas a desarrollar espondilosis, debido a una disposición genética que se manifiesta como debilidad del tejido conjuntivo de soporte. Esto significa que incluso los perros jóvenes pueden enfermar y presentar los primeros síntomas.
Además, la espondilosis es una enfermedad típica de desgaste que suele afectar a perros de edad avanzada. Suele aparecer en perros de servicio y de emergencias. No obstante, también puede afectar a animales más jóvenes que realizan grandes esfuerzos físicos, o a perros con un impulso especialmente marcado de moverse y jugar.
Síntomas de la espondilosis
Los síntomas de la espondilosis en los perros suelen ser similares a los de otras enfermedades articulares: Al compañero de cuatro patas no le gusta moverse. No quiere subir escaleras, saltar al sofá o al coche como de costumbre. Sus movimientos son más rígidos y lentos, comparables a los que hacemos nosotros para evitar el dolor y a la postura antiálgica adoptada por los humanos.
La espondilosis suele estar ya avanzada cuando aparecen cojeras y limitaciones funcionales detectables del sistema musculoesquelético. Esto se aprecia, por ejemplo, cuando los machos ya no levantan la pata al orinar. También pueden surgir problemas al defecar, ya que el animal siente dolor al curvar el lomo. A veces el perro emite gemidos de dolor durante los movimientos bruscos.
Diagnóstico de la espondilosis
Los síntomas de la espondilosis pueden confundirse con los de otras formas y localizaciones de la artrosis. Para un diagnóstico claro y la diferenciación de otros procesos degenerativos, solo una radiografía y una palpación cuidadosa podrán despejar las dudas. La espondilosis se produce por episodios: tras un largo tiempo aparentemente sin sintomatología, pueden aparecer de repente síntomas masivos. Al principio, se suelen percibir pocos síntomas visibles, por lo que el diagnóstico también puede ser un hallazgo casual en un examen radiológico de la columna vertebral.
Prevención de la espondilosis
A pesar de la predisposición genética, en caso de espondilosis y de artrosis, el desgaste precoz y la evolución grave son eficazmente contrarrestables con ejercicios adaptados individualmente y una alimentación óptima que favorezca las articulaciones.
En todas las enfermedades de desgaste de las articulaciones, es crucial ejercitar físicamente al perro solo conforme a su constitución y edad. No obstante, esto solo es posible si el dueño del perro presta atención. Por supuesto, el ejercicio es indispensable y saludable para los perros, pero debe ser adecuado. A veces, los dueños de perros tienen incluso que frenar a su amigo peludo para mantenerle el sistema musculoesquelético sano. Se deben extremar las precauciones, sobre todo en los perros aún jóvenes, cuyo esqueleto puede ser muy blando y sensible. Algunas razas de perros no deben saltar ni subir a menudo escaleras hasta alcanzar cierta edad. En los perros genéticamente predispuestos, puede ser útil un diagnóstico radiográfico precoz y preventivo. Los animales ya enfermos y con esa predisposición se deben ejercitar sin excesos. Nadar y caminar con constancia ayudan a muchos perros afectados.
Hoy en día hay una amplia gama de alimentos para perros. Sin embargo, muchos perros no se alimentan como es debido; prueba de ello es el considerable número de perros con sobrepeso y enfermedades articulares. El exceso de peso constituye una carga adicional para la estructura ósea y favorece el desgaste articular.
Es importante una dieta sana, equilibrada y adecuada para la especie. Para favorecer el sistema musculoesquelético y los procesos articulares, son aptos a cualquier edad piensos suplementarios especiales con ingredientes de actividad articular en dosis elevadas como ácidos grasos omega-3, vitamina E, mejillón de labios verdes, condroitina, garra del diablo y colágeno II.